/ martes 22 de septiembre de 2020

Las prioridades del presidente son las prioridades de los mexicanos

En esta época, como todos los años, esperamos con gran expectativa, la integración del paquete económico para el ejercicio fiscal del año que sigue. El 2020 no es la excepción. Dadas las difíciles circunstancias por las que atraviesa el país debido a la pandemia provocada por la COVID-19, nuestras expectativas eran aún mayores.

De acuerdo con el documento que el secretario de Hacienda entregó a la Cámara de Diputados el pasado 8 de septiembre para su análisis, discusión y virtual aprobación, el Proyecto de Egresos de la Federación, presenta cambios importantes respecto del presupuesto del año 2020.

Destaca un aumento del techo de endeudamiento en un 21% respecto del 2020, equivalente a 718, 193 millones de pesos; se proyecta también que las necesidades de financiamiento para el cumplimiento de las políticas públicas del gobierno sean de un 52.7% del PIB.

Respecto al gasto público, éste muestra una asciende a 6.3 billones de pesos, lo que equivale al 25.2% del PIB, equivalente a una discreta disminución del 0.3% Precisamente en lo tocante al gasto público, hay aspectos que desde mi punto de vista resultan preocupantes.

Aunque en apariencia, el gasto destinado al sector salud es mayor en 12 mil 758 millones de pesos, lo cierto es que la Secretaría de Salud tiene un 9.1% proveniente del Fondo de Salud para el Bienestar, es decir, que el incremento tienen su origen en la liberación de los recursos de los fideicomisos existentes para la atención de enfermedades muy graves y el fondo para protección de gastos catastróficos; por otra parte, no se alcanzará el presupuesto comprometido para el Instituto de Salud para el Bienestar que era de 40 mil millones de pesos, pues el incremento para éste fue de solo poco más de 9.5 mil millones de pesos.

Lo alarmante es que otros programas relacionados con la prevención, vacunación, infraestructura de la Secretaría de Salud, IMSS e ISSSTE, y su mantenimiento, sufrieron recortes.

Es especialmente preocupante que presupuesto 2021, no contemple recursos adicionales para la vacunación para proteger a la población de la Covid -19, y tampoco se contempla una estrategia específica para combatir los efectos económicos de la pandemia, sin embargo, si se etiquetaron más recursos para el programa “Jóvenes construyendo el Futuro” y “Sembrando vida” que han mostrados ser totalmente ineficaces. Y ni que decir de las obras faraónicas de este sexenio que también recibirán más recursos a través de secretarías como la de Turismo y Comunicaciones y Transportes.

Como es evidente, lo importante para este gobierno, no es el bienestar de los mexicanos, y sus prioridades son distintas a las necesidades apremiantes para la gran mayoría de la población, como la salud, el trabajo, la educación. Seguramente López Obrador pasará a la historia, sí, como el presidente más insensible, incapaz y más alejado de los mexicanos.

Y como dicen por ahí, al tiempo.

En esta época, como todos los años, esperamos con gran expectativa, la integración del paquete económico para el ejercicio fiscal del año que sigue. El 2020 no es la excepción. Dadas las difíciles circunstancias por las que atraviesa el país debido a la pandemia provocada por la COVID-19, nuestras expectativas eran aún mayores.

De acuerdo con el documento que el secretario de Hacienda entregó a la Cámara de Diputados el pasado 8 de septiembre para su análisis, discusión y virtual aprobación, el Proyecto de Egresos de la Federación, presenta cambios importantes respecto del presupuesto del año 2020.

Destaca un aumento del techo de endeudamiento en un 21% respecto del 2020, equivalente a 718, 193 millones de pesos; se proyecta también que las necesidades de financiamiento para el cumplimiento de las políticas públicas del gobierno sean de un 52.7% del PIB.

Respecto al gasto público, éste muestra una asciende a 6.3 billones de pesos, lo que equivale al 25.2% del PIB, equivalente a una discreta disminución del 0.3% Precisamente en lo tocante al gasto público, hay aspectos que desde mi punto de vista resultan preocupantes.

Aunque en apariencia, el gasto destinado al sector salud es mayor en 12 mil 758 millones de pesos, lo cierto es que la Secretaría de Salud tiene un 9.1% proveniente del Fondo de Salud para el Bienestar, es decir, que el incremento tienen su origen en la liberación de los recursos de los fideicomisos existentes para la atención de enfermedades muy graves y el fondo para protección de gastos catastróficos; por otra parte, no se alcanzará el presupuesto comprometido para el Instituto de Salud para el Bienestar que era de 40 mil millones de pesos, pues el incremento para éste fue de solo poco más de 9.5 mil millones de pesos.

Lo alarmante es que otros programas relacionados con la prevención, vacunación, infraestructura de la Secretaría de Salud, IMSS e ISSSTE, y su mantenimiento, sufrieron recortes.

Es especialmente preocupante que presupuesto 2021, no contemple recursos adicionales para la vacunación para proteger a la población de la Covid -19, y tampoco se contempla una estrategia específica para combatir los efectos económicos de la pandemia, sin embargo, si se etiquetaron más recursos para el programa “Jóvenes construyendo el Futuro” y “Sembrando vida” que han mostrados ser totalmente ineficaces. Y ni que decir de las obras faraónicas de este sexenio que también recibirán más recursos a través de secretarías como la de Turismo y Comunicaciones y Transportes.

Como es evidente, lo importante para este gobierno, no es el bienestar de los mexicanos, y sus prioridades son distintas a las necesidades apremiantes para la gran mayoría de la población, como la salud, el trabajo, la educación. Seguramente López Obrador pasará a la historia, sí, como el presidente más insensible, incapaz y más alejado de los mexicanos.

Y como dicen por ahí, al tiempo.

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