/ domingo 15 de marzo de 2020

LAS MUJERES, LA SOCIEDAD Y LOS LIBROS

Ahora que se han presentado muchos acontecimientos alrededor de la participación y el derecho de las mujeres, creemos muy útil hacer estas reflexiones.

En los últimos 7000 años que se tiene de historia de las culturas, sólo los últimos cien años –increíble- la mujer empezó a tener resultados en la lucha por su reivindicación.

En la antigua Grecia, las mujeres no podían votar, de hecho, no se les consideraba ciudadanas. En la cuna de la democracia no votaban más que los ciudadanos, y nunca los esclavos ni las mujeres. En el Imperio Romano, la mujer era considerada una propiedad del marido. Su única esfera de acción eran las intrigas palaciegas y familiares y la influencia que tuviera sobre sus hijos o parientes, pero en asuntos de la res publica, nada. Para que hablar del Medioevo, en donde la humanidad dejó las letras y por tanto el desarrollo intelectual y científico, pasando de un siglo a otro sin avances. En el mismo Renacimiento los grandes artistas, filósofos y pensadores fueron varones y no porque la mujer no tuviera capacidad, sino porque no se les permitía asistir a los talleres de los maestros.

En la revolución francesa y en la revolución industria en Inglaterra, las mujeres empiezan a creer que los postulados de libertad, igualdad y fraternidad son también para ellas y hay algunos visos de liberación hasta que llega Napoleón, quien establece el machista Código Napoleónico inspirado en el Derecho Romano. En Inglaterra por su parte se les permite empezar a trabajar en las recién establecidas factorías pero con discriminación salarial y en jornadas agotadoras. En los Estados Unidos, se empieza a luchar por derechos sindicales y por mejoras laborales, amén de su derecho de votar y ser votadas. Esto tiene altos costos, en Nueva York, en 1908, inician una huelga, los dueños de esta fábrica las encierran, se produce un incendio y 129 mujeres mueren quemadas, mártires de esta lucha. Es hasta el siglo XX en que en diversas partes del mundo la mujer exige derechos y la civilización que avanza, empieza a ver que tienen la razón y abre sus puertas a la participación de la mujer en política y en las artes, las ciencias, la economía y hasta en la milicia. En México, el presidente Ruiz Cortines, envía al Congreso y éste la aprueba la ley que permite votar a las mujeres, esto hasta 1953, a mediados del siglo XX.

Aún hay muchas más conquistas que obtener. Ni que hablar de los que cometen feminicidios, estos son delincuentes y hablaremos de ellos después.

Algunas mujeres dijeron respecto a los libros:

La lectura nos hace inmigrantes a todos. Nos lleva lejos de casa, pero lo más importante, nos encuentra un hogar donde sea. Hazel Rochman.

“Donde no hay libros hace frío”. Vale para las casas, las ciudades, los países; un frío de cataclismo, un páramo de amnesia. María Elena Walsh.

Lo único a lo que la lectora común aspira cuando lee es a vivir entre los que viven. Rosario Castellanos.

Ahora que se han presentado muchos acontecimientos alrededor de la participación y el derecho de las mujeres, creemos muy útil hacer estas reflexiones.

En los últimos 7000 años que se tiene de historia de las culturas, sólo los últimos cien años –increíble- la mujer empezó a tener resultados en la lucha por su reivindicación.

En la antigua Grecia, las mujeres no podían votar, de hecho, no se les consideraba ciudadanas. En la cuna de la democracia no votaban más que los ciudadanos, y nunca los esclavos ni las mujeres. En el Imperio Romano, la mujer era considerada una propiedad del marido. Su única esfera de acción eran las intrigas palaciegas y familiares y la influencia que tuviera sobre sus hijos o parientes, pero en asuntos de la res publica, nada. Para que hablar del Medioevo, en donde la humanidad dejó las letras y por tanto el desarrollo intelectual y científico, pasando de un siglo a otro sin avances. En el mismo Renacimiento los grandes artistas, filósofos y pensadores fueron varones y no porque la mujer no tuviera capacidad, sino porque no se les permitía asistir a los talleres de los maestros.

En la revolución francesa y en la revolución industria en Inglaterra, las mujeres empiezan a creer que los postulados de libertad, igualdad y fraternidad son también para ellas y hay algunos visos de liberación hasta que llega Napoleón, quien establece el machista Código Napoleónico inspirado en el Derecho Romano. En Inglaterra por su parte se les permite empezar a trabajar en las recién establecidas factorías pero con discriminación salarial y en jornadas agotadoras. En los Estados Unidos, se empieza a luchar por derechos sindicales y por mejoras laborales, amén de su derecho de votar y ser votadas. Esto tiene altos costos, en Nueva York, en 1908, inician una huelga, los dueños de esta fábrica las encierran, se produce un incendio y 129 mujeres mueren quemadas, mártires de esta lucha. Es hasta el siglo XX en que en diversas partes del mundo la mujer exige derechos y la civilización que avanza, empieza a ver que tienen la razón y abre sus puertas a la participación de la mujer en política y en las artes, las ciencias, la economía y hasta en la milicia. En México, el presidente Ruiz Cortines, envía al Congreso y éste la aprueba la ley que permite votar a las mujeres, esto hasta 1953, a mediados del siglo XX.

Aún hay muchas más conquistas que obtener. Ni que hablar de los que cometen feminicidios, estos son delincuentes y hablaremos de ellos después.

Algunas mujeres dijeron respecto a los libros:

La lectura nos hace inmigrantes a todos. Nos lleva lejos de casa, pero lo más importante, nos encuentra un hogar donde sea. Hazel Rochman.

“Donde no hay libros hace frío”. Vale para las casas, las ciudades, los países; un frío de cataclismo, un páramo de amnesia. María Elena Walsh.

Lo único a lo que la lectora común aspira cuando lee es a vivir entre los que viven. Rosario Castellanos.