/ martes 2 de noviembre de 2021

La violencia como un argumento

ZACAHUIL


Empezaré por decir que la violencia es y ha sido siempre uno de nuestros mayores problemas en la sociedad mexicana y en el mundo.

En primer lugar, comenzaré por definir los límites de lo que yo considero violencia. En esto soy bastante restrictiva y solo considero realmente actos violentos las agresiones físicas. Aunque puede haber palabras ofensivas y dañinas, entiendo que siempre se puede responder a ellas con palabras, y es nuestra responsabilidad saber hacerlo con firmeza. Somos seres racionales y deberíamos estar preparados para dejar en el lugar que les corresponde a todo aquel que trate de insultarnos u ofendernos. Una estupidez no deja de ser racional, aunque sea una racionalidad de escasa calidad, y se debe responder de manera racional.

En cuanto a la violencia, una vez traspasada esa línea, entramos en el terreno de lo irracional (las amenazas estarían en la frontera entre los dos mundos). Cuando un ser racional pasa a la irracionalidad, es porque sus recursos racionales se han terminado. Esto nos puede dar una medida del grado de desarrollo de una persona: Cuanto más propensa sea a reaccionar violentamente, menor será su grado de desarrollo como ser humano. Alguien que agrede a otro como primera opción está más cerca del mono que del hombre, sería el grado más bajo posible de desarrollo. Por lo tanto, la violencia es una muestra de debilidad y de inferioridad.

Sin embargo, con la violencia se consiguen cosas. A pesar de lo que mucha gente pretende, la violencia puede ser una estrategia ganadora a corto plazo. En el medio y largo plazo, todo lo que se construye sobre la violencia se acaba derrumbando, pero los seres subdesarrollados solo pueden pensar a corto plazo, y cualquier problema que les pueda surgir en el camino siempre podrá ser resuelto con más violencia. Esto es lo que hace de la violencia uno de los mayores problemas de la humanidad desde sus inicios, que funciona, y lo único que se puede hacer contra ella es ser absolutamente

intransigente. No se negocia jamás con alguien que pone una pistola sobre la mesa, y en la próxima mesa ya no se le debe volver a admitir otra vez.

Al ser la violencia un acto irracional, no puede justificarse nunca (las justificaciones siempre son actos racionales). O estás en el mundo de lo racional o estás en el de lo irracional, no se debe admitir el poder estar en ambos a la vez. Pero existe un caso en el que cabe la duda, y es el de la defensa propia. Aunque, para ser coherentes, tampoco se debería admitir justificar la violencia como defensa propia, la mayoría, si no todos, de los sistemas legales la admiten, normalmente con la condición de que la respuesta sea proporcional a la agresión.


Las de chile seco


Mi solidaridad con mi amiga Erika Saab. Nada justifica la violencia.

ZACAHUIL


Empezaré por decir que la violencia es y ha sido siempre uno de nuestros mayores problemas en la sociedad mexicana y en el mundo.

En primer lugar, comenzaré por definir los límites de lo que yo considero violencia. En esto soy bastante restrictiva y solo considero realmente actos violentos las agresiones físicas. Aunque puede haber palabras ofensivas y dañinas, entiendo que siempre se puede responder a ellas con palabras, y es nuestra responsabilidad saber hacerlo con firmeza. Somos seres racionales y deberíamos estar preparados para dejar en el lugar que les corresponde a todo aquel que trate de insultarnos u ofendernos. Una estupidez no deja de ser racional, aunque sea una racionalidad de escasa calidad, y se debe responder de manera racional.

En cuanto a la violencia, una vez traspasada esa línea, entramos en el terreno de lo irracional (las amenazas estarían en la frontera entre los dos mundos). Cuando un ser racional pasa a la irracionalidad, es porque sus recursos racionales se han terminado. Esto nos puede dar una medida del grado de desarrollo de una persona: Cuanto más propensa sea a reaccionar violentamente, menor será su grado de desarrollo como ser humano. Alguien que agrede a otro como primera opción está más cerca del mono que del hombre, sería el grado más bajo posible de desarrollo. Por lo tanto, la violencia es una muestra de debilidad y de inferioridad.

Sin embargo, con la violencia se consiguen cosas. A pesar de lo que mucha gente pretende, la violencia puede ser una estrategia ganadora a corto plazo. En el medio y largo plazo, todo lo que se construye sobre la violencia se acaba derrumbando, pero los seres subdesarrollados solo pueden pensar a corto plazo, y cualquier problema que les pueda surgir en el camino siempre podrá ser resuelto con más violencia. Esto es lo que hace de la violencia uno de los mayores problemas de la humanidad desde sus inicios, que funciona, y lo único que se puede hacer contra ella es ser absolutamente

intransigente. No se negocia jamás con alguien que pone una pistola sobre la mesa, y en la próxima mesa ya no se le debe volver a admitir otra vez.

Al ser la violencia un acto irracional, no puede justificarse nunca (las justificaciones siempre son actos racionales). O estás en el mundo de lo racional o estás en el de lo irracional, no se debe admitir el poder estar en ambos a la vez. Pero existe un caso en el que cabe la duda, y es el de la defensa propia. Aunque, para ser coherentes, tampoco se debería admitir justificar la violencia como defensa propia, la mayoría, si no todos, de los sistemas legales la admiten, normalmente con la condición de que la respuesta sea proporcional a la agresión.


Las de chile seco


Mi solidaridad con mi amiga Erika Saab. Nada justifica la violencia.