En este mes de abril, se está llevando a cabo la XXX Feria Internacional del Libro en La Habana Cuba. El país invitado de honor para esta feria es México. Con tal motivo, un barco de la Armada de nuestro país, “El Azteca” fue a La Habana llevando 20 mil libros para esta feria y para donar a clubes de lectura e instituciones culturales de nuestros hermanos cubanos. Ellos no están necesitados de libros, porque tienen una industria editorial muy grande, muchos libros publicados y vendidos de autores cubanos, mexicanos y de todo el mundo.
Recordaba yo que en 1990, hace 32 años, fui a una Feria del Libro del Palacio de Minería, feria tradicional que organiza la Facultad de Ingeniería de la UNAM y que se realiza cada año en el Palacio de Minería, la obra arquitectónica más notable del neoclásico mexicano, hecha por el español, Manuel Tolsá a finales del siglo XVIII. En esta feria que asistí en 1990, (he asistido a varias ferias ahí) el país invitado era Cuba precisamente y creo que de ahí nació la idea para los cubanos de organizar esta feria que ahora se lleva a cabo en La Habana y que iniciaron en 1992.
Esa vez que fui en 1990 a Minería compré un libro que hasta la fecha es de mi predilección, de un autor cubano que ganó el premio Nobel, Alejo Carpentier: El Siglo de las Luces. Esta bellísima novela trata de un barco lleno de esclavos negros que vienen traídos a la fuerza de algún lugar de África y van hacia América, pero que ya en el mar Caribe, se amotinan, toman el control del navío y se detienen en una isla deshabitada.
Con jabalíes que encuentran y con los toneles de vino que bajan del barco, hacen una noche de fiesta y alegría que nunca habían tenido y que no vuelven a tener, y después son apresados al llegar a una isla colonia de Francia, que ellos creen que como ya estalló la Revolución francesa, ya no practican la esclavitud sino la libertad, igualdad y fraternidad, pero nada de eso, los apresan y castigan con mucho rigor porque a ellos no les interesa los postulados mencionados y ahí termina la fiesta. Hay que leer ese libro por sus descripciones y por el lenguaje maravilloso de Carpentier.
Esa vez también compré Concierto Barroco, La Consagración de la Primavera, Razón de Ser, El Arpa y la Sombra, todas del mismo autor. Volviendo a la inauguración de la Feria Internacional del Libro en La Habana en este mes, escuché el discurso de Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura de México que iba en
representación del Gobierno Federal. Me gustó mucho su elocuencia y la calidad de sus palabras. También estaba ahí, Paco Ignacio Taibo II Director General del Fondo de Cultura Económica que es mi amigo y quien llevó los libros de México para Cuba. Este historiador y escritor ha transformado el sentido del FCE, que anteriormente, se consideraba al fondo como un editorial más. Gran labor de Paco Ignacio Taibo II. La analizaremos.
