/ sábado 18 de julio de 2020

El Palacio de Axayácatl, las casas nuevas de Hernán Cortés

En la parte baja del inmueble, usted puede comprar joyas de distinta manufactura. Aretes, prendedores, anillos, relojes “de marca”, zafiros, rubíes, ópalos, en fin, piedras preciosas. Pero esa no es toda su riqueza. Tiene otra, de esplendor y, la contraparte. La historia recuerda que en los patios de esa construcción creció, jugó y aprendió a gobernar Moctezuma Xocoyotzin y su hermano Cuitláhuac. Cuenta la historia -en una de sus versiones- que, en la parte alta de ese lugar, Moctezuma recibió la pedrada que horas después le quitaría la vida. Esa recia construcción era el antiguo palacio del emperador Axayácatl. “Las casas viejas” les llamaban.

Frente a ellas, en donde hoy está situado el Palacio Nacional, permanece oculto lo que era el Palacio de Moctezuma. Desde ese lugar, Cuitláhuac, que sucedió a su hermano, el Tlatoani Moctezuma, se apostó al frente de sus guerreros y luego combatió con gran ardor a los europeos, propinando la única e histórica derrota al ejército de Hernán Cortes, persiguiéndolo hasta el pueblo de Tacuba, en donde el español lloró su fracaso, quedando en la historia marcado ese momento como “la noche triste” para los españoles. Cortés se rehízo y, luego de sitiar a Tenochtitlán, venció y se adueñó del territorio y las propiedades como botín de guerra.

El Palacio de Axayácatl, fue entonces el basamento en donde el guerrero hispano construyó su palacio. Lo legó a sus herederos y estos luego lo fraccionaron y, en el siglo XVIII, uno de sus descendientes el Duque de Montelongo vendió lo que quedaba de la magnífica edificación al Montepío de las Ánimas, fundado por don Pedro Romero de Terreros en 1774. Pedro Romero de Terreros era un hombre muy rico de la Nueva España, dueño de las minas de Real del Monte y Pachuca.

Por su generosidad Romero de Terreros fue nombrado Conde de Santa María de Regla, por el Rey Carlos Tercero. Sobre lo que fue el Palacio de Axayácatl, está construido el edificio que alberga hoy el Monte de Piedad. Sitio en donde los paseantes pueden admirar la serie de joyas existentes y quienes deseen hacer un presente, ahí encontrar la mejor de las variedades y de alta calidad. El Palacio de Axayácatl, las Casas Nuevas construidas por Hernán Cortés, están en el corazón de la Ciudad de México y, hace unos días, fue develada parte de la construcción virreinal que encierra varias historias que es justo conocer.

En la parte baja del inmueble, usted puede comprar joyas de distinta manufactura. Aretes, prendedores, anillos, relojes “de marca”, zafiros, rubíes, ópalos, en fin, piedras preciosas. Pero esa no es toda su riqueza. Tiene otra, de esplendor y, la contraparte. La historia recuerda que en los patios de esa construcción creció, jugó y aprendió a gobernar Moctezuma Xocoyotzin y su hermano Cuitláhuac. Cuenta la historia -en una de sus versiones- que, en la parte alta de ese lugar, Moctezuma recibió la pedrada que horas después le quitaría la vida. Esa recia construcción era el antiguo palacio del emperador Axayácatl. “Las casas viejas” les llamaban.

Frente a ellas, en donde hoy está situado el Palacio Nacional, permanece oculto lo que era el Palacio de Moctezuma. Desde ese lugar, Cuitláhuac, que sucedió a su hermano, el Tlatoani Moctezuma, se apostó al frente de sus guerreros y luego combatió con gran ardor a los europeos, propinando la única e histórica derrota al ejército de Hernán Cortes, persiguiéndolo hasta el pueblo de Tacuba, en donde el español lloró su fracaso, quedando en la historia marcado ese momento como “la noche triste” para los españoles. Cortés se rehízo y, luego de sitiar a Tenochtitlán, venció y se adueñó del territorio y las propiedades como botín de guerra.

El Palacio de Axayácatl, fue entonces el basamento en donde el guerrero hispano construyó su palacio. Lo legó a sus herederos y estos luego lo fraccionaron y, en el siglo XVIII, uno de sus descendientes el Duque de Montelongo vendió lo que quedaba de la magnífica edificación al Montepío de las Ánimas, fundado por don Pedro Romero de Terreros en 1774. Pedro Romero de Terreros era un hombre muy rico de la Nueva España, dueño de las minas de Real del Monte y Pachuca.

Por su generosidad Romero de Terreros fue nombrado Conde de Santa María de Regla, por el Rey Carlos Tercero. Sobre lo que fue el Palacio de Axayácatl, está construido el edificio que alberga hoy el Monte de Piedad. Sitio en donde los paseantes pueden admirar la serie de joyas existentes y quienes deseen hacer un presente, ahí encontrar la mejor de las variedades y de alta calidad. El Palacio de Axayácatl, las Casas Nuevas construidas por Hernán Cortés, están en el corazón de la Ciudad de México y, hace unos días, fue develada parte de la construcción virreinal que encierra varias historias que es justo conocer.