/ jueves 14 de octubre de 2021

El extraño discurso del FMI

En el informe de Perspectivas de la economía mundial de julio titulado “Se ahondan las brechas en la recuperación mundial” el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado los siguientes datos: crecimiento mundial del 6,0% en 2021 y 4,9% en 2022.

“Las perspectivas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo para 2021 se han revisado a la baja, especialmente para las economías emergentes de Asia. En cambio, las proyecciones para las economías avanzadas se han revisado al alza”.

Lo que hay que notar son las siguientes conclusiones dadas por el FMI con aparente preocupación por todos los países en desarrollo:

Uno, “La prioridad inmediata es distribuir las vacunas equitativamente en todo el mundo. La propuesta del personal técnico del FMI por un monto de USD 50.000 millones, avalada conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, establece metas claras y medidas pragmáticas a un costo asequible para poner fin a la pandemia. Las economías con limitaciones financieras también necesitan un acceso irrestricto a la liquidez internacional”.

Nótese como las principales organizaciones mundiales tienen un consenso de que las vacunas serían clave y evidentemente ellos darán financiamiento, pero aquí hay un enorme punto de reflexión, el caso de Israel con la vacunación más alta del mundo no ha evitado rebrotes de COVID, en julio, los casos comenzaron a aumentar nuevamente y a principios de septiembre se reportaban más de 10.000 nuevos casos diarios y casi el 60% de las hospitalizaciones son de personas completamente vacunadas.

Por otro lado, las economías de los países mas pobres ya tienen una deuda impagable lo cual compromete su desarrollo futuro.

Dos, “La propuesta del FMI de una asignación general de derechos especiales de giro (DEG) equivalente a USD 650.000 millones tiene por objetivo aumentar los activos de reserva de todas las economías y ayudar a atenuar las restricciones de liquidez”.

¿Qué significa? El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros, El valor del DEG se basa en una cesta de cinco monedas: el dólar de EE.UU., el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina.

El DEGi es la base de cálculo de la tasa de interés que se les cobra a los miembros por los créditos no concesionarios que reciben del FMI y que se les paga a los miembros por las posiciones acreedoras remuneradas frente al FMI. Es asimismo el interés que se les paga a los países miembros por sus tenencias de DEG y que se les cobra por su asignación de DEG.

En otras palabras, los países que recurren a usar los DEG deberán pagar interés y además fortalecen a las monedas de las potencias mundiales.

Tres, “Los países también necesitan redoblar sus esfuerzos colectivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”; de manera real debemos decir que la crisis energética de Europa se dió en gran parte por las medidas descarbonizantes, pero dichas medidas no han tenido impacto en las empresas ni en los países que más contaminan.

Además que los impuestos a la emisión de gases afectan a la población en general y no a los sectores más ricos, por ejemplo, los vuelos comerciales tienen la tasa ambiental pero no los jet privados.

¿Hasta cuándo obedeceremos ciegamente al FMI y a otras organizaciones mundiales?

En el informe de Perspectivas de la economía mundial de julio titulado “Se ahondan las brechas en la recuperación mundial” el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado los siguientes datos: crecimiento mundial del 6,0% en 2021 y 4,9% en 2022.

“Las perspectivas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo para 2021 se han revisado a la baja, especialmente para las economías emergentes de Asia. En cambio, las proyecciones para las economías avanzadas se han revisado al alza”.

Lo que hay que notar son las siguientes conclusiones dadas por el FMI con aparente preocupación por todos los países en desarrollo:

Uno, “La prioridad inmediata es distribuir las vacunas equitativamente en todo el mundo. La propuesta del personal técnico del FMI por un monto de USD 50.000 millones, avalada conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, establece metas claras y medidas pragmáticas a un costo asequible para poner fin a la pandemia. Las economías con limitaciones financieras también necesitan un acceso irrestricto a la liquidez internacional”.

Nótese como las principales organizaciones mundiales tienen un consenso de que las vacunas serían clave y evidentemente ellos darán financiamiento, pero aquí hay un enorme punto de reflexión, el caso de Israel con la vacunación más alta del mundo no ha evitado rebrotes de COVID, en julio, los casos comenzaron a aumentar nuevamente y a principios de septiembre se reportaban más de 10.000 nuevos casos diarios y casi el 60% de las hospitalizaciones son de personas completamente vacunadas.

Por otro lado, las economías de los países mas pobres ya tienen una deuda impagable lo cual compromete su desarrollo futuro.

Dos, “La propuesta del FMI de una asignación general de derechos especiales de giro (DEG) equivalente a USD 650.000 millones tiene por objetivo aumentar los activos de reserva de todas las economías y ayudar a atenuar las restricciones de liquidez”.

¿Qué significa? El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros, El valor del DEG se basa en una cesta de cinco monedas: el dólar de EE.UU., el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina.

El DEGi es la base de cálculo de la tasa de interés que se les cobra a los miembros por los créditos no concesionarios que reciben del FMI y que se les paga a los miembros por las posiciones acreedoras remuneradas frente al FMI. Es asimismo el interés que se les paga a los países miembros por sus tenencias de DEG y que se les cobra por su asignación de DEG.

En otras palabras, los países que recurren a usar los DEG deberán pagar interés y además fortalecen a las monedas de las potencias mundiales.

Tres, “Los países también necesitan redoblar sus esfuerzos colectivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”; de manera real debemos decir que la crisis energética de Europa se dió en gran parte por las medidas descarbonizantes, pero dichas medidas no han tenido impacto en las empresas ni en los países que más contaminan.

Además que los impuestos a la emisión de gases afectan a la población en general y no a los sectores más ricos, por ejemplo, los vuelos comerciales tienen la tasa ambiental pero no los jet privados.

¿Hasta cuándo obedeceremos ciegamente al FMI y a otras organizaciones mundiales?