/ sábado 6 de agosto de 2022

El bautismo de Cuauhtémoc; Fernando de Alvarado Cuauhtémoc

La superstición, los caballos, las espadas, los arcabuces, y el rencor hacia Tenochtitlan de parte de las naciones vecinas, fueron los elementos que se sumaron para que los españoles derrotaran al imperio Azteca.

Hernán Cortés, avezado aventurero, desde Cuba, se embarcó, desobedeciendo a Diego Velázquez hacia nuevos horizontes y llegó a lo que conocemos hoy como Veracruz, bautizada así por los españoles.

Luego, su ejército avanzó hacia Tenochtitlan al informarse que existía una nación que tenía sometidos a los habitantes de varios pueblos.

Pero la conquista no buscaba sólo la rendición de los dueños de esas tierras, el triunfo total era arrebatarles territorio, riquezas, el reconocimiento de nuevos señores y amputarles su religión.

Una invasión, de acuerdo a los nefastos códigos de una conquista era derrumbar los soportes espirituales y que los derrotados olvidaran su lengua y su cultura.

Cuauhtémoc y sus guerreros pelearon a muerte, defendieron puerta por puerta el acoso de los españoles y finalmente el 13 de agosto de 1521 cayó Tenochtitlán.

De la antes hermosa ciudad sólo quedaron escombros.

Días después de la rendición de Cuauhtémoc, el español decidió que para borrar de su memoria a sus deidades era necesario “evangelizar a los derrotados”; y el sacerdote Salvador Olmedo bautizó al tlatoani Azteca.

La historia señala que Cortés “convenció” a Cuauhtémoc a ser bautizado con la religión católica.

El derrotado debió de aceptar las condiciones y fue bautizado con el nombre de Fernando de Alvarado Cuauhtémoc y su esposa Tecuixpo, con el nombre de Isabel de Moctezuma.

El objetivo de la conquista espiritual era que los derrotados olvidaran el politeísmo y quedaran en el olvido los nombres de sus dioses.

Ometéotl: dios de la dualidad, Mictlantecuhtli: dios de la muerte, Quetzalcóatl: dios de la vida, Huitzilopochtli: dios de la guerra, Coatlicue: diosa de la fertilidad, Tezcatlipoca: dios del cielo y la tierra, Xochipilli: dios del amor, la belleza,, Tonatiuh: dios del sol. Tláloc: dios de la lluvia, Meztli: diosa de la luna. Mixcóatl: dios de las tempestades y la guerra Ehécatl: dios del viento, y Mayahuel: dios del maguey, entre otros.

El objetivo era que no quedara memoria de sus dioses y por ello mandó construir nuevas edificaciones sobre palacios y pirámides de los aztecas.

Los nombres floridos, pese a todo, no han sido borrados ni del calendario ni de la cultura de estas tierras.

Cuauhtémoc fue ejecutado, por ahorcamiento 1525.


La superstición, los caballos, las espadas, los arcabuces, y el rencor hacia Tenochtitlan de parte de las naciones vecinas, fueron los elementos que se sumaron para que los españoles derrotaran al imperio Azteca.

Hernán Cortés, avezado aventurero, desde Cuba, se embarcó, desobedeciendo a Diego Velázquez hacia nuevos horizontes y llegó a lo que conocemos hoy como Veracruz, bautizada así por los españoles.

Luego, su ejército avanzó hacia Tenochtitlan al informarse que existía una nación que tenía sometidos a los habitantes de varios pueblos.

Pero la conquista no buscaba sólo la rendición de los dueños de esas tierras, el triunfo total era arrebatarles territorio, riquezas, el reconocimiento de nuevos señores y amputarles su religión.

Una invasión, de acuerdo a los nefastos códigos de una conquista era derrumbar los soportes espirituales y que los derrotados olvidaran su lengua y su cultura.

Cuauhtémoc y sus guerreros pelearon a muerte, defendieron puerta por puerta el acoso de los españoles y finalmente el 13 de agosto de 1521 cayó Tenochtitlán.

De la antes hermosa ciudad sólo quedaron escombros.

Días después de la rendición de Cuauhtémoc, el español decidió que para borrar de su memoria a sus deidades era necesario “evangelizar a los derrotados”; y el sacerdote Salvador Olmedo bautizó al tlatoani Azteca.

La historia señala que Cortés “convenció” a Cuauhtémoc a ser bautizado con la religión católica.

El derrotado debió de aceptar las condiciones y fue bautizado con el nombre de Fernando de Alvarado Cuauhtémoc y su esposa Tecuixpo, con el nombre de Isabel de Moctezuma.

El objetivo de la conquista espiritual era que los derrotados olvidaran el politeísmo y quedaran en el olvido los nombres de sus dioses.

Ometéotl: dios de la dualidad, Mictlantecuhtli: dios de la muerte, Quetzalcóatl: dios de la vida, Huitzilopochtli: dios de la guerra, Coatlicue: diosa de la fertilidad, Tezcatlipoca: dios del cielo y la tierra, Xochipilli: dios del amor, la belleza,, Tonatiuh: dios del sol. Tláloc: dios de la lluvia, Meztli: diosa de la luna. Mixcóatl: dios de las tempestades y la guerra Ehécatl: dios del viento, y Mayahuel: dios del maguey, entre otros.

El objetivo era que no quedara memoria de sus dioses y por ello mandó construir nuevas edificaciones sobre palacios y pirámides de los aztecas.

Los nombres floridos, pese a todo, no han sido borrados ni del calendario ni de la cultura de estas tierras.

Cuauhtémoc fue ejecutado, por ahorcamiento 1525.