/ miércoles 17 de junio de 2020

Cortinas de humo

Nuvia Mayorga Delgado.

Desde hace siglos, las tácticas de guerra han sido utilizadas para obtener mejores resultados; tan es así que fueron evolucionando como estrategias de sorpresa a fin de atacar con mejores resultados al esconderse por medios naturales o artificiales. Una de esas formas es la llamada “cortina de humo”, la cual fue mayormente utilizada de forma premeditada en la Primera Guerra Mundial por los alemanes. Ellos, al mezclar una serie de químicos generaban una bruma blanca que ocultaba la llegada de tanques y demás vehículos de guerra a territorio enemigo.

Como muchas estrategias bélicas, las figuras metafóricas se han trasladado al campo de la comunicación política, siendo el de las cortinas de humo una de las tácticas mayormente utilizadas por muchos gobiernos. En materia política, el uso de las cortinas de humo refiere a la utilización de historias, noticias o acontecimiento creados artificialmente para distraer la atención de la opinión pública con la clara intención de ocultar algún hecho desfavorable para la administración en turno.

Este tipo de estrategias, desde luego, agravian al pueblo de un país, ya que, lejos de transparentarse como debe ser todo gobierno, se ocultan aspectos relevantes de la vida pública al ciudadano. En muchas ocasiones las cortinas de humo son burdas y se manejan con sorna, es decir, con la sonrisa de quien las utiliza a sabiendas que esta lanzando un lamentable anzuelo a quienes pueden tener una postura crítica.

Por otro lado, cualquier democracia en el mundo que se precie de serlo debe tener sumamente claro que, ara su existencia, requiere de voces discordantes, críticas constructivas y especialistas que puntualicen aspectos que se le pueden escapar a un administrador público. Creer lo contrario es sumergirnos en voces autoritarias que mucho daño le han hecho diversos Estados en el planeta.

Ser oposición es un auténtico derecho en cualquier país moderno. Dicha oposición no debe verse desde la óptica de la rivalidad insana, sino como una oportunidad de introyectar los errores para transformarlos en áreas de oportunidad. Manejarla de otra forma implicaría polarizar una sociedad que de por sí se ha enfrentado de forma encarnizada propiciando conductas como las que han propiciado hasta muertes en otros lares.

Denunciar un supuesto bloque opositor, por un lado, resulta risible, ya que, a todas luces se trata de una simulación proveniente de un documento evidentemente hecho a modo para distraer la atención. No existe BOA alguno a pesar de que son muchas las voces discordantes con la actual administración, las cuales, lejos de encontrarse en contra de una persona, buscan que al país le vaya bien y las condiciones cambien.

Lo peor es la revelación pública de este frente inexistente, ya que, dadas las condiciones del país, se señala y se calumnia a quien nada tiene que ver con un grupo de esa índole. Habremos de tener claro que por lo que hemos vivido en lo últimos meses buscamos unir más que dividir. Tampoco se trata de señalar nombres a la ligera porque las reacciones beligerantes pueden conducir a una tragedia.

Así, dejemos de pensar que existe un BOA, aceptemos la oposición y trabajemos con ella, construyamos un país diferente y dejemos las cortinas de humo por unos cristales amplios, claros, transparentes a fin de obtener resultados óptimos que beneficien a todos, no a unos cuantos que pretendan eternizarse en el poder.

Nuvia Mayorga Delgado.

Desde hace siglos, las tácticas de guerra han sido utilizadas para obtener mejores resultados; tan es así que fueron evolucionando como estrategias de sorpresa a fin de atacar con mejores resultados al esconderse por medios naturales o artificiales. Una de esas formas es la llamada “cortina de humo”, la cual fue mayormente utilizada de forma premeditada en la Primera Guerra Mundial por los alemanes. Ellos, al mezclar una serie de químicos generaban una bruma blanca que ocultaba la llegada de tanques y demás vehículos de guerra a territorio enemigo.

Como muchas estrategias bélicas, las figuras metafóricas se han trasladado al campo de la comunicación política, siendo el de las cortinas de humo una de las tácticas mayormente utilizadas por muchos gobiernos. En materia política, el uso de las cortinas de humo refiere a la utilización de historias, noticias o acontecimiento creados artificialmente para distraer la atención de la opinión pública con la clara intención de ocultar algún hecho desfavorable para la administración en turno.

Este tipo de estrategias, desde luego, agravian al pueblo de un país, ya que, lejos de transparentarse como debe ser todo gobierno, se ocultan aspectos relevantes de la vida pública al ciudadano. En muchas ocasiones las cortinas de humo son burdas y se manejan con sorna, es decir, con la sonrisa de quien las utiliza a sabiendas que esta lanzando un lamentable anzuelo a quienes pueden tener una postura crítica.

Por otro lado, cualquier democracia en el mundo que se precie de serlo debe tener sumamente claro que, ara su existencia, requiere de voces discordantes, críticas constructivas y especialistas que puntualicen aspectos que se le pueden escapar a un administrador público. Creer lo contrario es sumergirnos en voces autoritarias que mucho daño le han hecho diversos Estados en el planeta.

Ser oposición es un auténtico derecho en cualquier país moderno. Dicha oposición no debe verse desde la óptica de la rivalidad insana, sino como una oportunidad de introyectar los errores para transformarlos en áreas de oportunidad. Manejarla de otra forma implicaría polarizar una sociedad que de por sí se ha enfrentado de forma encarnizada propiciando conductas como las que han propiciado hasta muertes en otros lares.

Denunciar un supuesto bloque opositor, por un lado, resulta risible, ya que, a todas luces se trata de una simulación proveniente de un documento evidentemente hecho a modo para distraer la atención. No existe BOA alguno a pesar de que son muchas las voces discordantes con la actual administración, las cuales, lejos de encontrarse en contra de una persona, buscan que al país le vaya bien y las condiciones cambien.

Lo peor es la revelación pública de este frente inexistente, ya que, dadas las condiciones del país, se señala y se calumnia a quien nada tiene que ver con un grupo de esa índole. Habremos de tener claro que por lo que hemos vivido en lo últimos meses buscamos unir más que dividir. Tampoco se trata de señalar nombres a la ligera porque las reacciones beligerantes pueden conducir a una tragedia.

Así, dejemos de pensar que existe un BOA, aceptemos la oposición y trabajemos con ella, construyamos un país diferente y dejemos las cortinas de humo por unos cristales amplios, claros, transparentes a fin de obtener resultados óptimos que beneficien a todos, no a unos cuantos que pretendan eternizarse en el poder.