/ domingo 27 de diciembre de 2020

Cómo se hacen los genios

Es indudable que en toda la historia de la humanidad, ha habido personas especiales que se han destacado por encima de sus congéneres, coterráneos o compatriotas. Esto debido a su asombrosa capacidad de responder ante los estímulos de la vida, y dar como respuesta una creación maravillosa o la elaboración de un conjunto de ideas que suspenden el tiempo o una actitud constante, realista y firme acerca de algún tópico o alguna situación. Estos personajes trascienden en el tiempo y en la cultura y les hemos dado el nombre de “genios.”

¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. Todo el mundo aspira a alcanzar la excelencia pero muy pocos la logran y, en la mayoría de ocasiones, no entendemos cómo una u otra persona ha logrado lo que ha logrado. ¿Cómo consiguió Picasso mantener siempre un altísimo nivel en su inmensa obra pictórica? ¿En qué momento se le ocurrió a Einstein formular la teoría de la relatividad?

Estos son las cinco cosas que, sin excepción, cumplen todos los genios. Y no todas son agradables para el común de los mortales. Dice Robert Greene:

1. Son curiosos e impulsivos.

Una de sus principales conclusiones es que las personas con mentes privilegiadas, que logran creaciones excepcionales, tienen dos cosas en abundancia: curiosidad y determinación.

2. Lo importante no es la educación, si no las horas que dedican a su especialidad.

Solemos asociar el expediente académico con la excelencia, pero son cosas que no siempre están relacionadas.

3. Son muy críticos con su trabajo

Según el psicólogo Howard Gardner, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, los grandes genios como Picasso, Freud o Stravinsky tenían un patrón similar de trabajo, que se basaba en el ensayo y error corregido.

4. Son sacrificados, solitarios y, en ocasiones, neuróticos

Los genios están todo el rato pensando en su obra y esto tiene múltiples desventajas. Dedicar todo tu tiempo al trabajo implica un sacrificio inmenso y una merma en las relaciones sociales. Basta ver el ascetismo que alcanzaron Freud, T. S. Eliot o Gandhi, o la soledad autoimpuesta que desarrolló Einstein. Muchos genios desarrollan, además, una personalidad neurótica: su trabajo les volvió maniáticos y egoístas y a veces groseros.

5. Trabajan siempre por pasión, nunca por dinero Los verdaderos genios se desviven por su trabajo y, en ningún caso, se entregan a éste por dinero, sino por pasión y vocación.

Estas recomendaciones y asombrosas conclusiones las desarrolla el autor Robert Greene en su libro “Maestría” que recomiendo ampliamente y que está en cualquier buena librería. Léalo le ayudará a mejorar su vida profesional. Para terminar, recuerdo una frase extraordinaria del poeta Alfonso Cravioto, nacido en 1884 en Pachuca Hgo. que dice así: “El genio acaso es sólo la audacia del talento”.

Es indudable que en toda la historia de la humanidad, ha habido personas especiales que se han destacado por encima de sus congéneres, coterráneos o compatriotas. Esto debido a su asombrosa capacidad de responder ante los estímulos de la vida, y dar como respuesta una creación maravillosa o la elaboración de un conjunto de ideas que suspenden el tiempo o una actitud constante, realista y firme acerca de algún tópico o alguna situación. Estos personajes trascienden en el tiempo y en la cultura y les hemos dado el nombre de “genios.”

¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. Todo el mundo aspira a alcanzar la excelencia pero muy pocos la logran y, en la mayoría de ocasiones, no entendemos cómo una u otra persona ha logrado lo que ha logrado. ¿Cómo consiguió Picasso mantener siempre un altísimo nivel en su inmensa obra pictórica? ¿En qué momento se le ocurrió a Einstein formular la teoría de la relatividad?

Estos son las cinco cosas que, sin excepción, cumplen todos los genios. Y no todas son agradables para el común de los mortales. Dice Robert Greene:

1. Son curiosos e impulsivos.

Una de sus principales conclusiones es que las personas con mentes privilegiadas, que logran creaciones excepcionales, tienen dos cosas en abundancia: curiosidad y determinación.

2. Lo importante no es la educación, si no las horas que dedican a su especialidad.

Solemos asociar el expediente académico con la excelencia, pero son cosas que no siempre están relacionadas.

3. Son muy críticos con su trabajo

Según el psicólogo Howard Gardner, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, los grandes genios como Picasso, Freud o Stravinsky tenían un patrón similar de trabajo, que se basaba en el ensayo y error corregido.

4. Son sacrificados, solitarios y, en ocasiones, neuróticos

Los genios están todo el rato pensando en su obra y esto tiene múltiples desventajas. Dedicar todo tu tiempo al trabajo implica un sacrificio inmenso y una merma en las relaciones sociales. Basta ver el ascetismo que alcanzaron Freud, T. S. Eliot o Gandhi, o la soledad autoimpuesta que desarrolló Einstein. Muchos genios desarrollan, además, una personalidad neurótica: su trabajo les volvió maniáticos y egoístas y a veces groseros.

5. Trabajan siempre por pasión, nunca por dinero Los verdaderos genios se desviven por su trabajo y, en ningún caso, se entregan a éste por dinero, sino por pasión y vocación.

Estas recomendaciones y asombrosas conclusiones las desarrolla el autor Robert Greene en su libro “Maestría” que recomiendo ampliamente y que está en cualquier buena librería. Léalo le ayudará a mejorar su vida profesional. Para terminar, recuerdo una frase extraordinaria del poeta Alfonso Cravioto, nacido en 1884 en Pachuca Hgo. que dice así: “El genio acaso es sólo la audacia del talento”.