Concejos municipales ante el coronavirus
Derivado del incremento en el número de personas que salen a la calle de manera cotidiana, la pregunta es si la responsabilidad de frenar la movilidad es solo del gobierno estatal.
Varios municipios han dado a conocer sus estrategias de sanitización de las calles, de la cancelación temporal de los tianguis, han repartido cubrebocas, y frecuentemente anuncian que harán recorridos para vigilar que los negocios no esenciales permanezcan cerrados mientras Hidalgo esté bajo la luz roja del semáforo epidemiológico, entre otras cosas.
Pero no hay una estricta invitación para que los habitantes de cada alcaldía se queden en casa, para que eviten salir a menos que sea realmente necesario.
Avisan que multarán a los negocios que abran indebidamente, y a pesar de ello son muchos los comerciantes que prefieren arriesgarse. Mantienen sus cortinas levantadas porque sus dueños necesitan el ingreso y porque la gente sale a comprar lo que necesita, sea o no esencial.
Esta situación nos lleva a preguntar qué va a pasar cuando los 84 alcaldes y alcaldesas dejen su cargo en manos de los Concejos Municipales.
Cuánto tiempo tendrá que pasar para que esos Concejos tengan muy claro lo que pasa en sus municipios con respecto al coronavirus.
Podrían ser semanas. Tiempo valioso en el que el descuido de las medidas sanitarias podrían llevar a Hidalgo al escenario de que los meses de septiembre y octubre sean los peores dentro de esta pandemia.
Este será el mayor reto para quienes ya se apuntan a participar en la administración y gobierno de un municipio.
Un buen comienzo sería unificar criterios y establecer como una obligación el uso del cubrebocas, porque en el transporte público, en las calles e incluso en algunos mercados o negocios, se ve a varias personas que no lo portan.
¿Y LOS PARQUÍMETROS?
En la semana pasada varios regidores y regidoras de Pachuca, como Génesis Vázquez, expresaron su desacuerdo en cuanto a que los parquímetros sigan activos a pesar de que el estado está en máxima alerta por el semáforo rojo.
No obstante, siguen operando y los automovilistas que se estacionan en los espacios marcados, deben pagar la tarifa establecida, para evitar la multa.
Quizá es que la empresa Movipark trata de recuperar un poco de lo que dejó de ganar hace algunas semanas, cuando realmente se canceló el uso de estos aparatos.
Ojalá se tomen cartas en el asunto. Seguramente hacer conciencia en la gente de que no puede usar este servicio, ayudaría a disminuir la movilidad.