/ miércoles 14 de octubre de 2020

AMLO: El Estado soy yo, su voluntad es ley suprema

Andrés Manuel López continúa con la idea de debilitar al Estado Mexicano en su intento de que el Estado sea él, esta vez correspondió a la desaparición de 109 fideicomisos públicos, pero antes tuvo otras víctimas como la Policía Federal, el Seguro Popular, Estancias infantiles, el Nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la suspensión de apoyos a organizaciones de la sociedad civil, entre otros.

Nuevamente, la justificación es la corrupción que presume existe dentro de dichos programas y organizaciones, pero hasta el momento no hay denuncias, ni personas detenidas; y sí hay un centralismo en la aplicación de recursos, al puro estilo de Luis XIV: su voluntad es ley suprema.

El problema real es que no existe un diagnóstico previo, sino sólo voluntarismo, a ello, se suma que los recursos no están enfocados a ningún proyecto detonante de crecimiento de desarrollo económico y al final van a ir al barril sin fondo de los subsidios que entrega a nivel federal, mismos que no sacan de la pobreza a nadie, al contrario, nos meten en mayores problemas.

Con programas clientelares, disfrazados de política social, AMLO está en aras de que él entregue de manera directa el recurso para que posterior a ello, les pueda decir a los ciudadanos que los reciben que voten por el partido, ese partido que hemos visto no tiene ni pies ni cabeza, pero es el vehículo para que pueda seguir contando con su mayoría.

Hoy más que nunca se ve la necesidad de que el presidente tenga contrapesos, no sólo a nivel nacional, sino estatal y municipal, Hidalgo va a ser un ejemplo para demostrar que Morena está derrotado, qué si hay una vía diferente a la que tomaron los diputados federales de Morena y del Verde para avalar este asalto a los mineros, migrantes, a la cultura, a las víctimas, a la ciencia y otros sectores que resultan afectados por la desaparición de los fideicomisos, como las mujeres violentadas.

En el PRD no sólo debemos ganar elecciones, sino hacer buenos gobiernos para que la ciudadanía haga un contraste de lo que hay a nivel federal y de lo que puede haber con buenos ciudadanos al frente de la toma de decisiones.

Andrés Manuel López continúa con la idea de debilitar al Estado Mexicano en su intento de que el Estado sea él, esta vez correspondió a la desaparición de 109 fideicomisos públicos, pero antes tuvo otras víctimas como la Policía Federal, el Seguro Popular, Estancias infantiles, el Nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la suspensión de apoyos a organizaciones de la sociedad civil, entre otros.

Nuevamente, la justificación es la corrupción que presume existe dentro de dichos programas y organizaciones, pero hasta el momento no hay denuncias, ni personas detenidas; y sí hay un centralismo en la aplicación de recursos, al puro estilo de Luis XIV: su voluntad es ley suprema.

El problema real es que no existe un diagnóstico previo, sino sólo voluntarismo, a ello, se suma que los recursos no están enfocados a ningún proyecto detonante de crecimiento de desarrollo económico y al final van a ir al barril sin fondo de los subsidios que entrega a nivel federal, mismos que no sacan de la pobreza a nadie, al contrario, nos meten en mayores problemas.

Con programas clientelares, disfrazados de política social, AMLO está en aras de que él entregue de manera directa el recurso para que posterior a ello, les pueda decir a los ciudadanos que los reciben que voten por el partido, ese partido que hemos visto no tiene ni pies ni cabeza, pero es el vehículo para que pueda seguir contando con su mayoría.

Hoy más que nunca se ve la necesidad de que el presidente tenga contrapesos, no sólo a nivel nacional, sino estatal y municipal, Hidalgo va a ser un ejemplo para demostrar que Morena está derrotado, qué si hay una vía diferente a la que tomaron los diputados federales de Morena y del Verde para avalar este asalto a los mineros, migrantes, a la cultura, a las víctimas, a la ciencia y otros sectores que resultan afectados por la desaparición de los fideicomisos, como las mujeres violentadas.

En el PRD no sólo debemos ganar elecciones, sino hacer buenos gobiernos para que la ciudadanía haga un contraste de lo que hay a nivel federal y de lo que puede haber con buenos ciudadanos al frente de la toma de decisiones.