/ sábado 28 de mayo de 2022

Américo Vespucio y el Continente Americano

Era un mundo nuevo, el nuevo mundo. Cristóbal Colón partió desde el Puerto de Palos, Huelva, España, el 3 de agosto de 1492 y luego de navegar más de dos meses llegó y “descubrió” las nuevas tierras el 12 de octubre de 1492. Colón consideró, hasta su muerte, que había llegado a las Indias, sin sospechar que las tierras eran parte de un nuevo Continente.

Un Continente que hoy conocemos como Continente Americano. Esa es una de las razones por las que este Continente no lleva su nombre. Quien “bautizó” al continente con el nombre de América, fue el geógrafo alemán llamado Martín Waldseemüller. Américo Vespucio era un mercader italiano, nacido en Florencia, en 1454, y empleado los Médicis, familia de mecenas de artistas. Los médicos enviaron a Vespucio a supervisar su astillero en Sevilla.

Esto coincidió con la fecha en que Colón emprendió su primer viaje y ambos se conocieron. Mas tarde, Américo organizó su propio viaje en busca del pasaje que lo llevaría a la India, ya que él se negó a aceptar que Colón había llegado a las indias. Américo zarpó en 1499, siete años después del desembarque de Colón en las Antillas. Realizó dos viajes entre 1499 y 1501 y se habla de un tercero en 1503. Vespucio exploró la costa norte de Sudamérica, navegando más allá del Amazonas. En el segundo viaje observó que lo que tenía ante sus ojos no era la India sino un Continente nuevo.

Verificó su observación al seguir la costa hasta llegar a la Tierra de Fuego. Entonces regresó a Europa y confirmó que las tierras halladas por Colón no eran las asiáticas, sino que formaban; ¡Un nuevo Continente! En sus nuevos viajes, Américo llegó a Maracaibo, su singular geografía le recordó a Venecia y llamó a esas tierras Venezuela o pequeña Venecia. Vespucio realizó un viaje más, llegó a Brasil, regresó a Lisboa y confirmó sus dichos de que aquél Continente no era Asia. En 1504 se publicó en Augsburgo el opúsculo Nuevo Mundo, Martin Waldseemüller decidió editar en 1507 las cartas de Vespucio junto a su Cosmographiae Introductio.

En su prefacio escribió: “Ahora que esas partes del mundo han sido extensamente examinadas y otra cuarta parte ha sido descubierta por Américo Vespucio, no veo razón para que no la llamemos América, es decir, tierra de Américo, su descubridor, así como Europa, África y Asia recibieron nombres de mujeres.” El nombre de América fue aceptado por todos. Américo Vespucio murió en Sevilla, en el año de 1512, y su nombre ha quedado para la posteridad.

Era un mundo nuevo, el nuevo mundo. Cristóbal Colón partió desde el Puerto de Palos, Huelva, España, el 3 de agosto de 1492 y luego de navegar más de dos meses llegó y “descubrió” las nuevas tierras el 12 de octubre de 1492. Colón consideró, hasta su muerte, que había llegado a las Indias, sin sospechar que las tierras eran parte de un nuevo Continente.

Un Continente que hoy conocemos como Continente Americano. Esa es una de las razones por las que este Continente no lleva su nombre. Quien “bautizó” al continente con el nombre de América, fue el geógrafo alemán llamado Martín Waldseemüller. Américo Vespucio era un mercader italiano, nacido en Florencia, en 1454, y empleado los Médicis, familia de mecenas de artistas. Los médicos enviaron a Vespucio a supervisar su astillero en Sevilla.

Esto coincidió con la fecha en que Colón emprendió su primer viaje y ambos se conocieron. Mas tarde, Américo organizó su propio viaje en busca del pasaje que lo llevaría a la India, ya que él se negó a aceptar que Colón había llegado a las indias. Américo zarpó en 1499, siete años después del desembarque de Colón en las Antillas. Realizó dos viajes entre 1499 y 1501 y se habla de un tercero en 1503. Vespucio exploró la costa norte de Sudamérica, navegando más allá del Amazonas. En el segundo viaje observó que lo que tenía ante sus ojos no era la India sino un Continente nuevo.

Verificó su observación al seguir la costa hasta llegar a la Tierra de Fuego. Entonces regresó a Europa y confirmó que las tierras halladas por Colón no eran las asiáticas, sino que formaban; ¡Un nuevo Continente! En sus nuevos viajes, Américo llegó a Maracaibo, su singular geografía le recordó a Venecia y llamó a esas tierras Venezuela o pequeña Venecia. Vespucio realizó un viaje más, llegó a Brasil, regresó a Lisboa y confirmó sus dichos de que aquél Continente no era Asia. En 1504 se publicó en Augsburgo el opúsculo Nuevo Mundo, Martin Waldseemüller decidió editar en 1507 las cartas de Vespucio junto a su Cosmographiae Introductio.

En su prefacio escribió: “Ahora que esas partes del mundo han sido extensamente examinadas y otra cuarta parte ha sido descubierta por Américo Vespucio, no veo razón para que no la llamemos América, es decir, tierra de Américo, su descubridor, así como Europa, África y Asia recibieron nombres de mujeres.” El nombre de América fue aceptado por todos. Américo Vespucio murió en Sevilla, en el año de 1512, y su nombre ha quedado para la posteridad.