El 15 de Mayo de cada año recordamos a las maestras y a los maestros que nos han educado y preparado. Todos los que tenemos una profesión y o un oficio y que hemos pasado por las aulas en nuestra niñez y juventud, hemos tenido ilustres maestros a quienes hemos de recordar con admiración y con respeto, en algunos casos con cariño.
Los maestros de la primaria y de la secundaria nos dieron las bases de todo el conocimiento que ostentamos. Los maestros de la profesional no dieron la especialidad de lo que nosotros quisimos estudiar, por eso les debemos tanto.
Les aseguro que todos tenemos a quien recordar cuando nos preguntasen a qué profesores recordamos más. Recuerdo en mi primaria a varias maestras como miss Lola Vázquez, como miss Rosa Lozano, como miss Lilian Pratt y maestros como mister Octavio Hosking; tuvimos un maestro de español, que era un verdadero apóstol que en media hora de español al día nos enseñó toda la cultura histórica mexicana, la geografía, la gramática con una gran erudición, el recordado maestro Antonio Lechuga que trabajaba en la Julián Villagrán y todavía le alcanzaba el tiempo para darnos clase de español en la Escuela Inglesa.
Los maestros y maestras que tuvimos en la infancia y la juventud eran verdaderamente unos educadores con toda la categoría. No ambicionaban dinero ni fama, sólo cumplir con nosotros sus alumnos y completar los planes de estudio que se les señalaban. Fuimos también alumnos de los hermanos maristas, en el Instituto Hidalguense en donde conocimos varios ilustres religiosos dedicados totalmente e la educación, recuerdo al maestro Pablo Hernández que además era un extraordinario pintor, al maestro Federico Pardo, a Arturo Pérez, al director Jaime Sánchez Basurto y a otros más. Hombres de mucho conocimiento que sembraron en nosotros el ansia de saber, de investigar y de aprender.
En la Preparatoria en la UAEH todavía sita en Abasolo 600, tuvimos catedráticos que recordamos con cariño y veneración como el ingeniero Alfredo Rojas Corona, su hermano el doctor Enrique Rojas Corona, el doctor Pedro Espínola Noble, el profesor Rafael Cravioto Muñoz. El profesor Raúl Guerrero Guerrero, el licenciado Borja, el licenciado Ignacio Bocardo, el doctor Soto Oliver, el ineniero Arturo Peón Ancona, y otros muchos que no recuerdo. Cada uno de ellos era un exitoso profesionista que daba clases en la UAEH por amor a la cultura y a la institución, porque deben haber tenido menos ingresos por ese concepto que ahora.
En la Facultad de Arquitectura de la UNAM en donde estudiamos la carrera hemos de recordar al arquitecto Francisco Aguirre Cárdenas, al arquitecto Gutiérrez Bringas, al arquitecto Manuel Rosen Morrison, arquitecto Honorato Carrasco, arquitecto Carlos González Lobo, arquitecto Francisco Serrano. arquitecto José Luis Calderón y muchos otros cuyos nombres se han perdido en 48 años de distancia. Respeto, honor y homenaje a todos nuestros maestros, nunca hemos de olvidar sus enseñanzas y su bonhomía. Mayo de 2021
