/ domingo 10 de julio de 2022

Acontecimiento inolvidable

Quiero rendir un recuerdo-homenaje a tres arquitectos que conocí de joven, el Arq. Agustín Piña Dreinhofer, Arq. José Luis Calderón y el Arq. Francisco Serrano. Fueron en ese orden un Arq. Historiador, un Estructurista y un Arq. Diseñador y Constructor. Estos tres renombrados profesionistas fueron sinodales en mi examen profesional para obtener el título de Arquitecto en la actual Facultad de Arquitectura de la UNAM, el 6 de Julio de 1972, hace 50 años; les rindo un cálido recuerdo a medio siglo de haberme examinado y aprobado por unanimidad. Recuerdo que en tal día, estaba muy contento.

Había ido a México a titularme con un colaborador de trabajo, el joven Darío Pérez Valdespino, hijo de Don Darío Pérez que fue un prominente político durante más de 40 años aquí en Pachuca. Al terminar mi examen, decía, nos trasladamos a la oficina de mi Padre, el Ing. y Lic. Jesús Corrales González que en ese momento era el Subdirector de Minas de la SEPANAL (después fue el Director General). Estaba en su oficina en Arcos de Belén, esperando noticias, porque sabía que me había ido a examinar. Cuando llegué, me planté enfrente de su escritorio y le dije: "Ya soy arquitecto”.

Nos fundimos en un abrazo y hasta hubo por ahí una lágrima, o dos. Más tarde nos trasladamos a Pachuca a cenar con la familia y a cumplir un protocolo que mi Padre estableció cuando mi hermano Jesús y yo terminamos la primaria en la Escuela Inglesa e hicimos una cena. Mi Padre mostró una botella de Whisky y nos dijo a todos: "Con el primero que se titule, nos tomaremos la mitad”. Y así fue, 12 años después nos bebimos la primera mitad por mi titulación. La botella estaba firmada por varios amigos y familiares. A terminar esa primera mitad, mi Padre volvió a guardarla y dos años después la abrió para tomar la otra parte cuando mi hermano Jesús se tituló como Abogado. Ahí se determinó dejar una cuarta parte para esperar a mi hermano Arturo, Gayo, que cuando se recibió también de Abogado, nos terminamos la botella famosa.

Hermosos recuerdos; mi Padre así era de formal y siempre fuimos muy unidos. Recuerdo en esta fecha a una serie de compañeros que ahora son arquitectos: Alfonso Gutiérrez Straffon, de Pachuca igual, Jaime Téllez Gómez, ya fallecido, Manuel Caraveo Padrón de Comalcalco y Andrés Pérez Flores de Villahermosa Tabasco, Javier Valles Chávez de Chihuahua, y otros compañeros de generación, de aulas y de carrera. De mis Maestros en la Facultad de Arquitectura de la UNAM recuerdo al Arq. Francisco Aguirre Cárdenas, al Arq. Gutiérrez Bringas, al Arq. Manuel Rosen Morrison, Arq. Honorato Carrasco, Arq. Carlos González Lobo, Arq. Francisco Serrano, Arq. José Luis Calderón, Arq. Ramón Marcos y muchos otros cuyos nombres se han perdido en 50 años de distancia. Un recuerdo agradecido a todos ellos.

Quiero rendir un recuerdo-homenaje a tres arquitectos que conocí de joven, el Arq. Agustín Piña Dreinhofer, Arq. José Luis Calderón y el Arq. Francisco Serrano. Fueron en ese orden un Arq. Historiador, un Estructurista y un Arq. Diseñador y Constructor. Estos tres renombrados profesionistas fueron sinodales en mi examen profesional para obtener el título de Arquitecto en la actual Facultad de Arquitectura de la UNAM, el 6 de Julio de 1972, hace 50 años; les rindo un cálido recuerdo a medio siglo de haberme examinado y aprobado por unanimidad. Recuerdo que en tal día, estaba muy contento.

Había ido a México a titularme con un colaborador de trabajo, el joven Darío Pérez Valdespino, hijo de Don Darío Pérez que fue un prominente político durante más de 40 años aquí en Pachuca. Al terminar mi examen, decía, nos trasladamos a la oficina de mi Padre, el Ing. y Lic. Jesús Corrales González que en ese momento era el Subdirector de Minas de la SEPANAL (después fue el Director General). Estaba en su oficina en Arcos de Belén, esperando noticias, porque sabía que me había ido a examinar. Cuando llegué, me planté enfrente de su escritorio y le dije: "Ya soy arquitecto”.

Nos fundimos en un abrazo y hasta hubo por ahí una lágrima, o dos. Más tarde nos trasladamos a Pachuca a cenar con la familia y a cumplir un protocolo que mi Padre estableció cuando mi hermano Jesús y yo terminamos la primaria en la Escuela Inglesa e hicimos una cena. Mi Padre mostró una botella de Whisky y nos dijo a todos: "Con el primero que se titule, nos tomaremos la mitad”. Y así fue, 12 años después nos bebimos la primera mitad por mi titulación. La botella estaba firmada por varios amigos y familiares. A terminar esa primera mitad, mi Padre volvió a guardarla y dos años después la abrió para tomar la otra parte cuando mi hermano Jesús se tituló como Abogado. Ahí se determinó dejar una cuarta parte para esperar a mi hermano Arturo, Gayo, que cuando se recibió también de Abogado, nos terminamos la botella famosa.

Hermosos recuerdos; mi Padre así era de formal y siempre fuimos muy unidos. Recuerdo en esta fecha a una serie de compañeros que ahora son arquitectos: Alfonso Gutiérrez Straffon, de Pachuca igual, Jaime Téllez Gómez, ya fallecido, Manuel Caraveo Padrón de Comalcalco y Andrés Pérez Flores de Villahermosa Tabasco, Javier Valles Chávez de Chihuahua, y otros compañeros de generación, de aulas y de carrera. De mis Maestros en la Facultad de Arquitectura de la UNAM recuerdo al Arq. Francisco Aguirre Cárdenas, al Arq. Gutiérrez Bringas, al Arq. Manuel Rosen Morrison, Arq. Honorato Carrasco, Arq. Carlos González Lobo, Arq. Francisco Serrano, Arq. José Luis Calderón, Arq. Ramón Marcos y muchos otros cuyos nombres se han perdido en 50 años de distancia. Un recuerdo agradecido a todos ellos.