/ lunes 24 de junio de 2019

A setenta años de la trágica inundación

Esta semana que viene cumplimos aniversario de dos acontecimientos

Por un lado el setenta aniversario de la terrible inundación del Centro Histórico de la ciudad y por otro, el setenta aniversario del nacimiento de un periódico que ha marcado guía histórica no sólo para la ciudad sino para todo el Estado.

En efecto el 24 de Junio de 1949 a eso de las cinco de la tarde, una horrible tromba descargó del cerro de San Cristóbal y del de La Magdalena, una gran cantidad de agua que venía arrastrando troncos, lodo y piedras de varios tamaños y que bajaba a una velocidad poco usual por la cañada del Río de Las Avenidas.

Al llegar abajo del Mercado Benito Juárez se hizo un taponamiento con todo lo que arrastraba el cauce y el Río reventó desbordándose hacia las calles Allende, Hidalgo y Zaragoza del centro. Todo esto a la velocidad que sucede en las tragedias y los acontecimientos impredecibles. Una gran parte del agua desbordada se fue por la calle de Hidalgo; hay fotografías que muestran la corriente impresionante de Rio sobre la calle de Hidalgo que llegaba hasta los balcones de segundo piso de las casonas de dicha rúa.

Otra gran cantidad de agua se fue sobre Allende ocasionando una tragedia al llevarse a los niños de la Escuela Julián Villagrán que no habían terminado aún sus clases ya que salían a las cinco, pero hubo algunos adelantados que pagaron con su vida su temprana salida.

Un niño de nombre Juanito, muy conocido, estaba con prisa para llegar a su casa a preparar todo para recibir a sus amiguitos ya que era día de su santo, San Juan se celebra el 24 de Junio.

Al salir de la escuela la corriente lo atrapó y por la fuerza y la cantidad de agua Juanito se ahogó. Después de la inundación que no duró más de una hora, todos lo buscaban y ya en el anochecer, apareció la dramática figura de su padre., Don Juan, cargando a la criatura y llorando por su deceso.

Como es natural, las principales víctimas fueron niños y personas de la Tercera Edad quienes son los que no pueden contra una corriente helada e impetuosa que los arrastra sin dejarlos ya no digamos nadar, sino respirar. Muchos paisanos fueron a encontrar a sus muertos ahogados al sur de la ciudad, allá por Venta Prieta, adonde la corriente los fue a aventar después de matarlos.

Algunas empleadas de locales comerciales en estas calles, no se salvaron porque la corriente entró por ellas y las sacó de los comercios o porque no tenían un piso arriba al cual refugiarse. Qué desesperación. Qué tragedia vivió Pachuca. A las siete de la noche todo era desolación y llantos, muchas mujeres lloraban como las madres de los niños víctimas de Herodes, decía la Escritura, es Raquel llorando por sus hijos.

De todo esto dio reseña y crónica tres días después el recién nacido periódico El Sol de Hidalgo que desde entonces, setenta años continuos, ha estado informando a los hidalguenses con veracidad y con profesionalismo. Felicidades a todos los que colaboramos en este gran diario, felicidades al Lic. José Antonio Alvarado Saldívar, su Director General y a todos sus colaboradores en los que me incluyo con orgullo.

Esta semana que viene cumplimos aniversario de dos acontecimientos

Por un lado el setenta aniversario de la terrible inundación del Centro Histórico de la ciudad y por otro, el setenta aniversario del nacimiento de un periódico que ha marcado guía histórica no sólo para la ciudad sino para todo el Estado.

En efecto el 24 de Junio de 1949 a eso de las cinco de la tarde, una horrible tromba descargó del cerro de San Cristóbal y del de La Magdalena, una gran cantidad de agua que venía arrastrando troncos, lodo y piedras de varios tamaños y que bajaba a una velocidad poco usual por la cañada del Río de Las Avenidas.

Al llegar abajo del Mercado Benito Juárez se hizo un taponamiento con todo lo que arrastraba el cauce y el Río reventó desbordándose hacia las calles Allende, Hidalgo y Zaragoza del centro. Todo esto a la velocidad que sucede en las tragedias y los acontecimientos impredecibles. Una gran parte del agua desbordada se fue por la calle de Hidalgo; hay fotografías que muestran la corriente impresionante de Rio sobre la calle de Hidalgo que llegaba hasta los balcones de segundo piso de las casonas de dicha rúa.

Otra gran cantidad de agua se fue sobre Allende ocasionando una tragedia al llevarse a los niños de la Escuela Julián Villagrán que no habían terminado aún sus clases ya que salían a las cinco, pero hubo algunos adelantados que pagaron con su vida su temprana salida.

Un niño de nombre Juanito, muy conocido, estaba con prisa para llegar a su casa a preparar todo para recibir a sus amiguitos ya que era día de su santo, San Juan se celebra el 24 de Junio.

Al salir de la escuela la corriente lo atrapó y por la fuerza y la cantidad de agua Juanito se ahogó. Después de la inundación que no duró más de una hora, todos lo buscaban y ya en el anochecer, apareció la dramática figura de su padre., Don Juan, cargando a la criatura y llorando por su deceso.

Como es natural, las principales víctimas fueron niños y personas de la Tercera Edad quienes son los que no pueden contra una corriente helada e impetuosa que los arrastra sin dejarlos ya no digamos nadar, sino respirar. Muchos paisanos fueron a encontrar a sus muertos ahogados al sur de la ciudad, allá por Venta Prieta, adonde la corriente los fue a aventar después de matarlos.

Algunas empleadas de locales comerciales en estas calles, no se salvaron porque la corriente entró por ellas y las sacó de los comercios o porque no tenían un piso arriba al cual refugiarse. Qué desesperación. Qué tragedia vivió Pachuca. A las siete de la noche todo era desolación y llantos, muchas mujeres lloraban como las madres de los niños víctimas de Herodes, decía la Escritura, es Raquel llorando por sus hijos.

De todo esto dio reseña y crónica tres días después el recién nacido periódico El Sol de Hidalgo que desde entonces, setenta años continuos, ha estado informando a los hidalguenses con veracidad y con profesionalismo. Felicidades a todos los que colaboramos en este gran diario, felicidades al Lic. José Antonio Alvarado Saldívar, su Director General y a todos sus colaboradores en los que me incluyo con orgullo.